El sábado 16 de marzo de 2024, durante un mitin en Ohio, el ex presidente de los Estados Unidos y posible candidato republicano, Donald Trump, emitió una predicción sombría, advirtiendo sobre un potencial "baño de sangre" en el país en caso de perder las elecciones frente al actual mandatario, el demócrata Joe Biden, programadas para noviembre próximo.

Trump, quien aseguró los números necesarios para convertirse en el candidato republicano a la Casa Blanca, afirmó que "si no resulto elegido, habrá un baño de sangre. Va a ser un baño de sangre para el país". Sin embargo, no especificó el contexto o las circunstancias que respaldaban estas palabras, que pronunció mientras discutía medidas proteccionistas para los vehículos fabricados en Estados Unidos.

Es importante señalar que Trump nunca ha reconocido su derrota contra Biden en las presidenciales de 2020, y enfrenta acusaciones relacionadas con sus intentos de revertir los resultados electorales de hace cuatro años, así como su presunta implicación en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

Durante su discurso en Ohio, Trump también abordó temas migratorios, utilizando una retórica incendiaria al referirse a los inmigrantes como "criminales" y poniendo en duda su humanidad al expresar: "No sé si se les puede llamar personas. Opino que en algunos casos no son personas, pero no puedo decir esto".

En respuesta a las declaraciones de Trump, la campaña del presidente Biden emitió un comunicado en el que lo calificó como un "perdedor" de las elecciones de 2020, que ahora "duplica sus amenazas de violencia política". Además, acusaron a Trump de querer repetir el asalto al Capitolio y rechazaron sus actitudes extremistas y violentas.

Entre otras declaraciones polémicas, Trump ha prometido en el pasado ser un "dictador" desde el primer día de su mandato, y ha sugerido que animaría a Rusia a atacar a los países de la OTAN que no cumplan con las cuotas de gasto en defensa.