Las autoridades italianas han iniciado una compleja investigación tras el hallazgo del cuerpo de Alessandro Venier, un hombre de 35 años, cuyo cadáver fue encontrado brutalmente descuartizado, cubierto con cal viva y oculto dentro de un bidón en el sótano de una vivienda en Gemona del Friuli, en el norte de Italia.

El macabro descubrimiento ha sacudido a la comunidad local y ha puesto en el centro de atención a dos mujeres: Lorena Venier, de 62 años, madre de la víctima, y Marylin Castro Monsalvo, una ciudadana colombiana de 31 años que era pareja sentimental del fallecido. Ambas fueron arrestadas por la policía italiana y se encuentran bajo detención preventiva luego de confesar su implicación en el crimen durante un primer interrogatorio.

Según el testimonio que ambas mujeres ofrecieron a las autoridades, la discusión que desembocó en el asesinato tuvo un detonante insólito: Alessandro se negó a colaborar en una tarea doméstica, específicamente a poner la mesa para una comida. Este gesto, aparentemente trivial, desencadenó una violenta discusión en la que las mujeres expresaron un profundo descontento con el estilo de vida de Venier. Lo acusaron de no contribuir al hogar, de tener problemas con el alcohol y las drogas, y de no mantener un empleo estable.

La tensión escaló rápidamente. En medio de gritos, reproches y un fuerte forcejeo, la situación se salió de control. De acuerdo con lo narrado por las sospechosas, en ese altercado Alessandro fue asesinado. Tras su muerte, tomaron la drástica decisión de descuartizar el cuerpo y esconderlo en el sótano, donde intentaron disimular los restos con cal viva, en un intento fallido de ocultar el crimen.

La situación de la familia Venier ya presentaba señales preocupantes antes del asesinato. Vecinos de la zona relataron a los medios que Marylin y Alessandro habían tenido una hija en enero de este año. Sin embargo, la menor fue puesta bajo custodia estatal y trasladada a un centro de acogida debido a las dificultades económicas de la pareja, y a la aparente incapacidad del padre para asumir responsabilidades, en parte debido a sus adicciones.

Los testimonios de quienes conocían a la familia añaden un matiz desconcertante al caso. Algunos residentes describieron a Lorena Venier como una mujer amable y respetada, quien trabajaba como enfermera en el hospital central de la ciudad. Aseguraron que nunca se escucharon peleas provenientes de la vivienda, lo que hace aún más impactante y confuso el desarrollo de los hechos.

Por ahora, la justicia italiana sigue recabando detalles para esclarecer completamente los motivos y circunstancias del crimen. El juez de guardia de Udine, Giorgio Milillo, está a cargo del caso y se espera que continúe con nuevos interrogatorios en los próximos días. Las autoridades no descartan que puedan surgir otros elementos que expliquen la dinámica de los hechos o posibles motivaciones ocultas detrás de este violento desenlace.