Cuando Gisèle Pelicot salió de la corte, fue recibida con aplausos y vítores. A sus 72 años, esta mujer francesa ha decidido hacer público el juicio que busca condenar a su esposo, Dominique Pelicot, junto a otros 50 hombres, por haberla violado durante décadas sin que ella tuviera conocimiento de ello.

Dominique Pelicot utilizó un método siniestro: le administraba drogas a Gisèle para que no recordara los abusos que sufría. Las violaciones fueron llevadas a cabo a lo largo de muchos años por numerosos agresores. A medida que avanzan las audiencias en el tribunal de Aviñón, al sur de Francia, Gisèle ha testificado en repetidas ocasiones, compartiendo cómo experimentó lagunas mentales relacionadas con los abusos que sufrió. Durante las sesiones, se revelaron las sustancias que su esposo utilizaba para someterla, y él mismo admitió ser un violador.

La sumisión química, como se le denomina a esta práctica, implica la administración forzada de sustancias psicoactivas a una víctima sin su consentimiento. El objetivo es alterar su estado de conciencia y anular su voluntad para facilitar las agresiones sexuales. Expertos explican que esta técnica puede pasar desapercibida tanto para la víctima como para quienes la rodean.

En el caso de Gisèle, se mencionaron dos tipos de drogas: ansiolíticos y somníferos. Su esposo las mezclaba en su café o vino, dejándola inconsciente durante horas. Durante mucho tiempo, Gisèle y sus hijos sospecharon que ella podría estar padeciendo Alzheimer o un tumor cerebral, sin que nadie pensara en el abuso sexual.

Todo cambió en 2020 cuando la policía francesa confiscó los dispositivos móviles de Dominique Pelicot y descubrió grabaciones inquietantes en las que se documentaban las violaciones. La Cruz Roja de España ha señalado que la sumisión química es un problema creciente relacionado con agresiones sexuales y abuso infantil. En España, se estima que en uno de cada tres casos de agresión sexual, la víctima estaba bajo los efectos de esta práctica.

Tras hacerse público su caso, Gisèle ha inspirado un movimiento en Francia para concienciar sobre los peligros de la sumisión química dentro del hogar. La fundación #MendorsPas busca educar a la sociedad sobre cómo identificar señales de alerta y proteger a posibles víctimas.

Gisèle Pelicot ha manifestado su determinación para luchar por justicia no solo para ella, sino también para todas las víctimas de violencia sexual. En una reciente conferencia de prensa, expresó: "Gracias a todos ustedes tengo fuerzas para llevar esta lucha hasta el final. A todas esas víctimas, quiero decir hoy: miren a su alrededor, no están solas".