Biden, peor que Trump: aceleran deportaciones de migrantes en E.U.
Redacción Nacional - 7/06/2024 -16:55
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Biden, peor que Trump: aceleran deportaciones de migrantes en E.U.
Redacción Nacional - 7/06/2024 -16:55
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Abigail Castillo estaba a punto de cruzar ilegalmente la frontera de Estados Unidos cuando escuchó que el presidente Joe Biden había suspendido el asilo. A pesar de ello, continuó su travesía, caminando durante horas por las montañas al este de San Diego con su hijo pequeño, esperando que no fuera demasiado tarde.
“Escuchaba que lo iban a hacer o que lo estaban finalizando”, dijo Castillo, de 35 años, a medios internacionales mientras ella y su hijo eran escoltados hacia una camioneta de la Patrulla Fronteriza junto a unas dos docenas de personas provenientes de Brasil, Ecuador y su pueblo natal en Oaxaca, México, del cual huyó debido a la violencia.
Los migrantes habían perdido el plazo y ahora estaban sujetos a la nueva regla de deportación. La sensación de incertidumbre se extendió entre muchos migrantes después de que Biden invocara poderes presidenciales para detener el procesamiento de asilo cuando las detenciones por cruces ilegales superan las 2,500 en un día. La medida entró en vigor a las 12:01 a.m. del miércoles al alcanzarse ese umbral.
Dos funcionarios de alto rango del Departamento de Seguridad Nacional confirmaron que las primeras deportaciones bajo la nueva regla se realizaron el miércoles, aunque no revelaron el número de personas deportadas. Sergio Franco, quien sostenía a su bebé después de un viaje de casi dos meses desde Ecuador, atravesando la peligrosa región del Darién entre Colombia y Panamá, confiaba en que lograría asilo en Estados Unidos. “Mientras nosotros tengamos las pruebas suficientes, no habría problema”, comentó al subir a la camioneta con Castillo y los demás.
A medida que el grupo se alejaba, varios migrantes de la India se acercaron a la misma área polvorienta cerca de una tienda de armas en Dulzura, una de varias ubicaciones en las afueras rurales de San Diego donde los migrantes se entregan a la Patrulla Fronteriza. No había agua ni baños y poca sombra.
Más tarde, llegaron varias mujeres guatemaltecas, entre ellas Arelis Alonzo López, de casi cinco meses de embarazo, quien había caminado durante dos noches. Un agente de la Patrulla Fronteriza le preguntó cómo se sentía, a lo que respondió que ya no podía más. La suspensión del asilo permanecerá hasta que los arrestos diarios promedio caigan por debajo de 1,500 durante una semana consecutiva. Los migrantes que expresen temor por su seguridad si son deportados serán evaluados bajo un estándar más estricto. Si pasan, podrán buscar otras formas de protección humanitaria.
Existen serias dudas sobre si la nueva medida podrá detener las entradas de migrantes a gran escala. México ha aceptado readmitir a algunos migrantes, pero sólo en cantidades y nacionalidades limitadas. Además, el gobierno de Biden carece de recursos y apoyo diplomático para deportar a migrantes a largas distancias, incluyendo a Ecuador e India.
En Matamoros, México, Esmeralda Castro, oriunda de El Salvador, temía que la suspensión del asilo impulsara a más personas a competir por los limitados cupos diarios otorgados a través de la aplicación CBP One. Castro, de 40 años, dijo que ha intentado durante nueve meses obtener una cita usando la aplicación.
Juan Daniel Medina, de República Dominicana, estaba decidido a seguir intentando con la aplicación CBP One, incluso después de ocho meses de intentos fallidos. “Es la manera correcta porque así hacen todo legal”, comentó Medina, de 30 años. En San Diego, cuatro autobuses llenos de migrantes fueron dejados por agentes de la Patrulla Fronteriza en un centro de tránsito, para que la mayoría buscara asilo en uno de los 68 tribunales de inmigración del país. Los solicitantes de asilo generalmente pueden trabajar mientras sus casos avanzan lentamente en los saturados tribunales.
Jesús Gómez, oriundo de Medellín, Colombia, señaló a los periodistas que los agentes le dijeron que él era de los últimos en ser liberados para buscar asilo y que debía informar a otros que serían deportados si intentan ingresar ilegalmente. “Es una cosa muy difícil de manejar”, dijo Gómez, de 49 años, mientras esperaba que su esposa fuera liberada para después volar a Boston, donde vive su hija.