GERCARGO COMUNICACIONES
NOTICIAS EN CONTEXTO
Gercargo Noticias en Contexto
NOTICIAS EN CONTEXTO
Foto: Tomada de Twitter Cambio Radical
Peor que el gobierno del Cambio, es el Cambio Radical
Por: Germán Cárdenas González
El controvertido y energúmeno delfín Germán Vargas Lleras, el último heredero político de barones del Siglo XX realmente presidenciable, se ha reencauchado por cuenta del gobierno de Gustavo Petro y sus múltiples errores que son la plataforma ideal para un dirigente de extrema derecha, que como buen político se ha camuflado a veces en el centro, por pura subsistencia. Con una millonaria chequera de su partido Cambio Radical ha emprendido una campaña mediática con miras a las elecciones regionales de octubre y, por supuesto, a las presidenciales de 2026 donde, probablemente, se juegue su última carta para llegar al solio de Bolívar.
La campaña no es el problema, es parte de la acción política, lo cuestionable son los métodos y personajes detrás de la misma que revelan una vez más las técnicas inapropiadas, antiéticas y hasta ilegales del nieto de Carlos Lleras Restrepo, las mismas que son vox populi entre sus colaboradores desde sus épocas de edil y que continuaron en su dilatada carrera pública en el Concejo de Bogotá, el Congreso de la República, los ministerios y la propia Vicepresidencia de la nación; tuve acceso hace unos años al testimonio, con reserva de fuente, de una mujer que contó como todos los del equipo de trabajo del hombre del coscorrón debían dar, religiosamente, el veinte por ciento de su salario al jefe supremo.
Hoy que el propio Vargas Lleras ha tenido que salir a aclarar que él no es el “funcionario #3” mencionado en el acuerdo del Grupo Aval con la justicia estadounidense y que presuntamente recibió una coima de 3.4 millones de dólares, los fantasmas sobre su “tradicional” forma de hacer política reviven y se mezclan con su arrogancia, su intolerancia y grosería con subalternos y periodistas, y su oportunismo político que, sin duda, lo tiene hoy como firme aspirante presidencial.
El cambio que prometió Gustavo Petro aún no tiene bases firmes en gran parte por la errática forma de gobernar del presidente y lo más grave es que ese terreno infecundo y maloliente en que está hoy convertido el país es perfecto para que un personaje como Vargas Lleras se apropie de banderas clásicas de la extrema derecha como la seguridad, la reducción del Estado, la eliminación de subsidios a población vulnerable, la tercerización laboral, la contratación privada de servicios que implican derechos fundamentales y una exagerada protección al libre mercado.
La campaña de Cambio Radical contra Petro y su propuesta de cambio es cuestionable éticamente y hasta jurídicamente por la utilización de símbolos corporativos de otros partidos para controvertirlos. Sin embargo, su éxito proselitista puede estar asegurado por la contundencia de los mensajes que utilizan un juego de palabras que circunscriben al Pacto Histórico tales como “Desgobierno histórico”, “Desempleo histórico”, “Inflación histórica” e “Inseguridad histórica” y que culminan con una sentencia electorera: “Es momento de comenzar a cambiar esta historia. En Cambio Radical #SabemosHacerlo”.
Hay muchas cosas que Cambio Radical sabe hacer y si el Pacto Histórico tuviera los asesores de comunicaciones de Varga Lleras, los cuestionados pero eficientes Luis Duque y Carlos Fernando Sánchez, probablemente contragolpearía con frases como “En Cambio Radical sabemos meter parapolíticos”, o “En Cambio Radical sabemos de corrupción”, o “En Cambio Radical resolvemos todo a coscorrones”, pero la realidad hoy es que este tipo de publicidad política puede dar resultados inmediatos en las elecciones regionales y ser la punta de lanza definitiva para la presidencia del delfín más avezado de la Casa Lleras.
Ante la debilidad de las opciones del mal llamado centro, el país volverá a debatirse entre una izquierda que por primera vez en la historia pagará el precio del desgaste de poder y una derecha huérfana de gobierno desde el último periodo de Uribe Vélez que ve una oportunidad irrepetible de enarbolar sus banderas de status quo, es decir, de regreso a lo que nunca debió moverse: el mundo hecho a la medida del capital y su defensa por la fuerza si es preciso y, claro, con su falaz visión de Dios como tutela perversa.
El gobierno “del cambio” no va bien, y eso es grave, pero el país no va mal. En cambio, el advenimiento de un “cambio radical” con su estela de politiquería, autoritarismo y corrupción puede llevar al país a esa dictadura de opinión que tanto soñaron Vargas Lleras y Uribe cuando eran amigos. Ah, eso es lo más grave: la reconciliación de los dos capataces “por el bien del país”. La tormenta perfecta. El Dios verdadero no lo permita.
Ni Álvaro Uribe Vélez, ni yo, que voté por Gustavo Petro, habríamos supuesto un escenario más autóctono que el que vive hoy el país del Sagrado Corazón, con o sin consagración. El primer presidente de lo que aún llaman izquierda los que no salieron...
La Iglesia Católica en el mundo actual subsiste a pesar de la crisis de fe de las sociedades contemporáneas, de la pérdida de poder político por el advenimiento de constituciones laicas y, sobre todo, de los escándalos al interior del clero cuyo cenit de gravedad...
Ser padres es una labor para la que nadie recibe instrucciones precisas, creemos estar preparados, observamos ejemplos en amigos y familiares, y poco a poco vamos creando una serie de expectativas, que en realidad pocas veces se cumplen...
El periodismo en el mundo entero ha estado vinculado, desde sus orígenes, al poder y contrario a los que románticamente lo bautizaron como el cuarto poder ha sido, con honrosas excepciones, un apéndice del poder en sí mismo...
En 1977 Millonarios jugó un partido amistoso contra la poderosa selección de Brasil encabezada por Zico y su corte. El entonces técnico del equipo bogotano, el antioqueño Gabriel Ochoa Uribe, tenía un problema serio...
Noventa mil personas salieron a las calles de Colombia a mostrar su desacuerdo con Gustavo Petro, según cifras de la Policía Nacional. Unos miles más de los que salieron hace unos días a respaldarlo. En ambos...