Un feminicidio tuvo lugar en Módena la noche del lunes al martes. Un hombre de 48 años, Andrea Paltrinieri, se presentó en plena noche en el cuartel general de los Carabinieri con el cadáver de su esposa, Anna Sviridenko, de 41 años, conocida médica en Austria y madre de dos hijos de 5 y 3 años. Como su madre había regresado a Módena, quería llevárselos consigo y llevarlos al extranjero, donde ella vivía.

El cuerpo fue encontrado en el maletero de una furgoneta: la mujer estaba acurrucada, con la cabeza metida en una bolsa negra, atada al cuello con un cable eléctrico. Una vez retirada la bolsa, los soldados encontraron también un cinturón atado alrededor de su cuello. Luego, la víctima fue estrangulada, probablemente unas horas antes de ser subida a la furgoneta.

Sviridenko, una italiana de origen ruso y residente en Austria, según se desprende de las investigaciones iniciales, había iniciado un procedimiento ante la autoridad judicial de Innsbruck (Austria) para regular la custodia vigente de los dos menores y el ejercicio del derecho de visita. El 17 de mayo de 2023 se decidió el internamiento predominante en el domicilio de la madre y el derecho de visita del padre. En enero, el sospechoso había interpuesto un recurso de separación ante el tribunal civil de Módena con cargos contra la mujer, impugnando la competencia austriaca.

A pesar del llamamiento de su marido -ingeniero informático y entusiasta del pentatlón-el tribunal de Módena confirmó las disposiciones de Innsbruck. Los jueces informaron a la fiscalía, sin tomar medidas temporales urgentes, ya que existía una decisión de un juez extranjero de la UE, reconocible en Italia. En mayo surgió la cuestión preliminar de jurisdicción (es decir, jurisdicción territorial). En febrero, la víctima había presentado otra solicitud ante el tribunal de Innsbruck para obtener la custodia exclusiva de sus dos hijos.

Según los primeros rumores, la mujer parecía haber regresado a Módena precisamente para recoger a sus hijos y traerlos a casa, cuando fue asesinada por su marido, con un cable eléctrico y luego con un cinturón atado al cuello. Detenido, el asesino será interrogado en las próximas horas. Ella era médica: tenía dos carreras, una en Medicina y otra en Odontología. Vivía desde hacía algún tiempo en Austria y trabajaba en una clínica en Innsbruck. Anteriormente también trabajó en hospitales en Italia, en Trentino y luego también en la provincia de Bolonia. Investigadora y publicista, cursaba una especialización en radiología en la Universidad de Módena y Reggio Emilia, Unimore. “Nuestra comunidad está devastada por la noticia del brutal asesinato de uno de sus residentes de radiología”, escribió en las redes Carlo Adolfo Porro, rector de la institución. “El feminicidio es un cáncer que ya no podemos tolerar, una vergüenza que mancha nuestra humanidad, y no hay pelos en la lengua para condenarlo: es un acto vil, inhumano e inaceptable. Es hora de que nuestra sociedad se levante con fuerza contra esta barbarie”. Mientras tanto, continúan las investigaciones por parte de la policía que por la noche colocó un ramo de flores en la entrada del cuartel en memoria de la mujer.

Con el cometido en Módena, ya se han producido 27 feminicidios desde principios de año en Italia. Antes del suceso de hoy, el último fue el de Giada Zanola, cuyo cuerpo fue arrojado desde un paso elevado en la A4 entre Padua y Venecia. Por este asesinato, la fiscalía de Padua detuvo a su pareja Andrea Favero.