Las autoridades de Nueva Zelanda han confirmado que no tienen "ninguna duda" sobre la agresión sexual sufrida por dos jóvenes camareras a manos de dos funcionarios vietnamitas durante una visita a Wellington, aunque no pudieron presentar cargos antes de que los hombres regresaran a Vietnam. La policía informó el jueves que, debido a la falta de un tratado de extradición entre ambos países, los presuntos agresores no pueden ser obligados a enfrentar la justicia en Nueva Zelanda.

El ataque ocurrió en marzo, justo antes de la visita del primer ministro vietnamita, Phạm Minh Chính, a Nueva Zelanda. Los hombres implicados estaban vinculados a la policía en Vietnam y se habían reunido con oficiales en una academia de policía cercana a Wellington. Alison Cook, una de las víctimas, relató a The Associated Press que ella y otra camarera fueron atacadas en una sala privada de karaoke. Según su testimonio, los hombres las atrajeron hacia sus regazos, las inmovilizaron contra una pared y las manosearon. Cook también mencionó que fue forzada a consumir alcohol y sospecha que pudo haber sido drogada durante el incidente. En ese momento, Cook tenía 19 años y sufrió lesiones como resultado del ataque. Las mujeres denunciaron el hecho a las autoridades al día siguiente.

El inspector detective John Van Den Heuvel declaró que la policía no tiene dudas sobre la naturaleza del ataque y que, de haber estado los agresores en Nueva Zelanda, se habrían presentado cargos penales. En Nueva Zelanda, el término "ataque indecente" se refiere al contacto físico no consentido de carácter sexual y puede ser castigado con hasta siete años de prisión.

Cuando la policía logró identificar a los dos hombres implicados, ya habían abandonado el país. No estaban protegidos por inmunidad diplomática, ya que esta solo se aplica a diplomáticos de alto rango. Las autoridades neozelandesas han agotado todas las vías posibles para investigar el caso. Van Den Heuvel indicó que se envió una carta al embajador de Vietnam en Nueva Zelanda, Nguyen Van Trung, expresando la profunda preocupación de la policía sobre el comportamiento de los hombres.

Cook ha instado a las autoridades neozelandesas a solicitar al gobierno vietnamita la entrega de los agresores para que enfrenten un juicio. "Si no actúan ahora, estarán enviando un mensaje devastador: que está bien cometer delitos sexuales en Nueva Zelanda si puedes escapar", advirtió. La embajada de Vietnam en Wellington no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios sobre el asunto. Asimismo, el restaurante donde trabajaban las mujeres tampoco ofreció declaraciones al respecto.

Este caso pone de manifiesto no solo la gravedad del crimen cometido contra las jóvenes, sino también las complicaciones legales que surgen cuando los presuntos delincuentes abandonan el país antes de enfrentar cargos. La situación ha generado un debate sobre la seguridad y protección de las víctimas en Nueva Zelanda y la necesidad de colaboración internacional para abordar estos delitos.