En las últimas 48 horas, la violencia contra las mujeres en el departamento de Magdalena ha alcanzado niveles críticos, con tres mujeres asesinadas en atentados sicariales que han conmocionado a la comunidad. Los homicidios, dos de ellos en Santa Marta y uno en Fundación, han encendido las alarmas tanto entre las autoridades como entre los ciudadanos, quienes exigen respuestas inmediatas.

Los tres crímenes comparten un patrón similar: dos de las víctimas fueron atacadas por sicarios que se movilizaban en motocicletas, disparando a quemarropa y provocando la muerte instantánea de las mujeres. El tercer caso, aún más estremecedor, involucró a una mujer hallada en una zona enmontada de Santa Marta, con las manos y pies atados, y con un disparo en la cabeza, un acto de extrema crueldad.

El primer asesinato ocurrió el miércoles por la noche en el barrio Chimila I de Santa Marta. Griselda Rosa Mazeneth Zúñiga, una manicurista que regresaba a casa después de su jornada laboral, fue interceptada por dos hombres en moto, quienes le dispararon sin mediar palabra, quitándole la vida al instante.

El segundo caso fue el de María Noleida Sevilla Silva, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado entre los barrios El Oasis y Buenos Aires, también en Santa Marta. María Noleida había sido reportada como desaparecida en Ciénaga, y los indicios sugieren que fue asesinada en otro lugar y luego trasladada hasta ese paraje solitario.

En Fundación, la tercera víctima, Coraima Gutiérrez, fue atacada mientras se desplazaba en motocicleta. Sicarios que también iban en moto la persiguieron y le dispararon repetidamente, dejándola muerta en plena calle. Estos brutales asesinatos han vuelto a poner en el centro del debate la alarmante violencia de género en la región. Aunque los homicidios en Santa Marta habían mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, esta reciente serie de crímenes contra mujeres ha reavivado el temor y la indignación entre los habitantes.

Las autoridades locales han iniciado investigaciones para esclarecer las causas y capturar a los responsables, pero la comunidad exige mayor seguridad y acciones contundentes para detener esta ola de violencia que está afectando a las mujeres en Magdalena. La creciente incertidumbre y el miedo se han apoderado de los ciudadanos, quienes esperan resultados efectivos por parte del gobierno y las fuerzas de seguridad.