En una noche de terror y violencia, hombres armados irrumpieron en la tranquilidad de la vereda Agua Fría, atacando primero a dos miembros de una familia local y luego a tres personas originarias de Putumayo y Caquetá. Los relatos de testigos señalan que "hubo muchos disparos en la noche", una escena que ha dejado a los habitantes sumidos en el miedo y la incertidumbre.

El violento episodio ocurrió en la noche del pasado domingo, cuando desconocidos armados sembraron el pánico en esta región, conocida por su producción de café. Las víctimas fueron encontradas sin vida, tanto en una vivienda como en la carretera. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue del hospital de Hobo, donde se identificó a Eliécer Bautista Díaz, de 48 años, y a su sobrino Hernando Vela Bautista, de 27 años, quienes vivían con sus familias y trabajaban en el campo.

La tercera víctima fue Nelson Fabián Vargas, alias ‘Caquito’, de 19 años, quien tenía órdenes de captura por extorsión y concierto para delinquir. También falleció Jhonatan Alexander Fajardo Salazar, oriundo de Puerto Asís, Putumayo, con antecedentes por concierto para delinquir, fuga de presos, lesiones personales y porte ilegal de armas de fuego. La quinta víctima fue Estiven Camilo Alvarado, de 22 años.

El alcalde de Hobo, Yhon Albert Mora, expresó su profunda preocupación ante la masacre que ha sacudido a este municipio de unos 8,000 habitantes, situado a una hora y media de Neiva. "El temor es latente", afirmó, destacando que no se había registrado un hecho de esta magnitud en muchos años. "El ruido de las balas tiene atemorizada a la región", añadió, subrayando que aún no se ha identificado al grupo armado responsable de estos crímenes.

La Policía está llevando a cabo las investigaciones pertinentes, y se sospecha que detrás de la masacre podrían estar miembros de disidencias armadas. Sobre el cuerpo de alias ‘Caquito’ se encontró un papel que decía: "por ladrones, Farc-EP", lo que sugiere una posible retaliación por parte de un grupo armado debido a las actividades de extorsión y hurto en las que la víctima estaría involucrada.

Las autoridades locales y la comunidad esperan con ansiedad los resultados de las investigaciones, mientras el temor y la zozobra continúan presentes en la región.