La ciudad de Medellín se encuentra consternada tras conocerse que, el pasado 9 de julio, un adolescente de 14 años habría disparado en reiteradas ocasiones un rifle deportivo de aire comprimido desde el piso 11 de una unidad residencial ubicada en los barrios La Mota y Rodeo Alto, en el suroccidente de la ciudad. De acuerdo con las denuncias, al menos seis personas resultaron heridas en diferentes incidentes a lo largo de esa tarde.

Según la información recopilada por las autoridades y medios locales, el menor habría considerado los disparos un "juego de francotirador", lo que llevó a que varias personas sufrieran lesiones al transitar por la zona cercana al conjunto residencial. Entre las víctimas se cuentan residentes del edificio y transeúntes, incluidos adultos y personas de la tercera edad.

Uno de los testimonios recabados relata cómo, alrededor de las 6:20 p.m., una mujer esperaba junto a su hija de seis años cuando escuchó el sonido de un disparo y sintió un ardor en su brazo, percatándose de inmediato de que estaba herida. Poco después, al buscar ayuda en la portería de la unidad, se encontró con otra persona que también había sido alcanzada por un proyectil.

Entre los casos más graves figura el de una estilista de 54 años, quien esperaba el bus para dirigirse a su lugar de trabajo. Tras recibir un disparo en la pierna, sufrió una caída y fue auxiliada por el conductor de una ruta alimentadora, quien la trasladó a un centro asistencial. Los médicos determinaron que el proyectil quedó alojado en su rodilla, representando un alto riesgo para su movilidad; actualmente, debe desplazarse con muletas y permanece en cama, según relato de su hijo.

También se reportó que un hombre y una mujer, de 35 y 52 años respectivamente, fueron atendidos por heridas en el glúteo y el antebrazo derecho. Otros casos incluyen daños a la propiedad, como el impacto de un proyectil en el retrovisor de una motocicleta donde viajaba un padre con su hija menor.

La rápida intervención de la policía permitió identificar el punto desde donde provenían los disparos gracias a testimonios y cámaras de seguridad. Un familiar del adolescente reconoció los hechos y entregó voluntariamente el rifle neumático a las autoridades. La investigación ha establecido que podrían haber estado involucrados más menores en lo ocurrido, aumentando la preocupación entre la comunidad, especialmente luego de que algunos familiares de los supuestos responsables denunciaran amenazas a través de redes sociales. Mientras las víctimas continúan recuperándose de las lesiones, el proceso judicial ya fue asumido por el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes. El adolescente está siendo investigado para determinar si existió comisión de delitos como lesiones personales y daño en bien ajeno. Por el momento, los padres del menor han asumido los gastos médicos de las víctimas, según se ha informado. Los hechos han suscitado un debate sobre el acceso de menores a armas de aire comprimido y el deber de supervisión de los adultos responsables, así como la necesidad de reforzar la educación sobre el peligro del mal uso de estos instrumentos en entornos urbanos.