Suecia enfrenta uno de los días más oscuros de su historia reciente tras un violento tiroteo registrado este martes en un instituto de educación para adultos en la ciudad de Örebro, ubicada en el corazón del país, a unos 200 kilómetros al oeste de Estocolmo. Las autoridades confirmaron que al menos diez personas perdieron la vida, incluyendo al presunto agresor, en un episodio que ha sumido a la nación en el luto y la incredulidad.

Durante una conferencia de prensa cargada de tensión, el jefe de la Policía de Örebro, Roberto Eid Forest, informó que las circunstancias exactas del suceso siguen bajo investigación. Aunque se descarta que el atacante tuviera antecedentes penales, vínculos con bandas organizadas o grupos terroristas, las autoridades no han revelado su identidad ni posibles motivos. "Trabajamos sin descanso para esclarecer cada detalle y brindar respuestas a las familias afectadas", declaró Forest, quien además advirtió que el número de heridos aún no se ha precisado debido a la complejidad de la escena.

Testigos relataron a medios locales momentos de pánico dentro del centro educativo, donde se escucharon ráfagas de disparos que sugerían el uso de armas automáticas. "Era como una pesadilla. Todos corrían, gritaban… No podíamos creer lo que ocurría", compartió un estudiante que logró evacuar el edificio. El despliegue de seguridad fue inmediato: decenas de patrullas, unidades especializadas y ambulancias rodearon el lugar, mientras se establecía un perímetro de exclusión.

Ante la emergencia, el hospital universitario de Örebro activó un protocolo de crisis, desalojando salas de urgencias y unidades de cuidados intensivos para priorizar la atención de víctimas. Aunque las autoridades no han confirmado cifras oficiales, el diario Aftonbladet reportó que al menos una docena de personas fueron trasladadas con heridas de gravedad.

Este suceso reaviva el debate sobre la seguridad en las escuelas suecas, un tema que ha ganado relevancia en los últimos años. Aunque los ataques masivos siguen siendo excepcionales, casos como el de Malmö en 2022 —donde un adolescente asesinó a dos profesores— o el ataque con cuchillo en Kristianstad ese mismo año han marcado un preocupante precedente. No obstante, el episodio más traumático antes de hoy ocurrió en 2015 en Trollhättan: un hombre armado, movido por ideales racistas, acabó con la vida de tres personas en una escuela antes de ser neutralizado por la policía.

La primera ministra sueca, Ulf Kristersson, expresó sus condolencias a través de un mensaje televisado: "Nuestra sociedad ha sido golpeada en su corazón. Estamos con las familias, los sobrevivientes y toda la comunidad de Örebro". Mientras tanto, el Ministerio de Educación anunció la creación de un grupo de trabajo para evaluar medidas preventivas en instituciones académicas.

A medida que las banderas ondean a media asta en edificios públicos, Suecia intenta procesar el dolor. Las redes sociales se han inundado de mensajes de solidaridad bajo la etiqueta #ÖrebroEnNuestrosCorazones, y se han organizado vigilias en plazas principales de varias ciudades. Mientras las fuerzas de seguridad continúan recabando evidencias y testimonios, el país se pregunta, una vez más, cómo proteger sus espacios de aprendizaje de una violencia que parece no tener fronteras. Vea aquí el video tomado por un estudiante.