Tras el paso devastador del huracán Helene, los estragos se siguen sintiendo en las comunidades afectadas: miles de viviendas y negocios han sido destruidos, y la cifra de personas desaparecidas y fallecidas continúa en aumento. Pese a la magnitud de la tragedia, ciertos grupos han aprovechado el caos para diseminar teorías conspirativas y desinformación, generando aún más confusión en un escenario ya de por sí crítico.

Entre las afirmaciones más inquietantes, se encuentra la declaración del expresidente Donald Trump, quien asegura, sin evidencia, que el gobierno federal está reteniendo la ayuda para los ciudadanos republicanos afectados por el desastre. Otros grupos extremistas, particularmente de derecha, han difundido rumores en redes sociales, insinuando que las autoridades planean desalojar forzosamente a los sobrevivientes y confiscar las tierras devastadas. Una de las teorías más insólitas sugiere que el huracán fue manipulado por el gobierno estadounidense utilizando tecnología de control meteorológico para afectar a votantes republicanos, en un intento por alterar el panorama electoral.

En medio de este clima de confusión, líderes de ambos partidos han hecho llamados a la calma. El presidente Joe Biden, durante su visita a las zonas más afectadas en Carolina del Norte, ha instado a la ciudadanía a no caer en la desinformación, subrayando que los esfuerzos de rescate y recuperación continúan a pesar de las enormes dificultades logísticas. Mientras tanto, figuras locales como Glenn Jacobs, alcalde del condado de Knox, han desmentido los rumores sobre la confiscación de suministros de emergencia, recalcando que tales acusaciones solo entorpecen la ayuda.

Carolina del Norte, uno de los estados más golpeados por el huracán y pieza clave en las próximas elecciones presidenciales, ha sido el foco de muchas de estas teorías conspirativas. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ha tenido que enfrentar acusaciones infundadas de que estaba confiscando donaciones y manteniendo ocultas bolsas para cadáveres. Las autoridades han sido claras al desmentir estas afirmaciones, pero la propagación de tales teorías ha complicado aún más las labores de socorro.

A pesar de las evidencias fotográficas y los informes oficiales que documentan el arduo trabajo de recuperación en la región, las teorías continúan circulando, amplificadas por figuras como el teórico de la conspiración Alex Jones y políticos como Marjorie Taylor Greene, quienes respaldan ideas absurdas sobre tecnología de control climático.