Angie Moreno, esposa de Luis Adriano Sarabia, compartió con los medios de comunicación el angustioso testimonio de cómo comenzó la pesadilla que aún sacude a su familia. Todo se originó el día en que Sarabia le anunció que realizaría una salida con un grupo de amigos a Nubes Negras, una conocida zona para el despegue de parapentes ubicada cerca del cerro Buenavista, en Villavicencio, Meta.

Según relató Moreno, su esposo no tenía planes firmes de volar ese día. De hecho, se mostraba reacio y sin ánimo para la actividad. “No quería ir, estaba como desganado. Me dijo: ‘Negra, el día está como chato’”, recordó. Incluso se acostó en la cama, dando a entender que prefería quedarse. Sin embargo, uno de sus compañeros de vuelo logró convencerlo de cambiar de opinión. Fue esa decisión, aparentemente inofensiva, la que marcaría el inicio de una tragedia.

La última vez que Moreno supo de su esposo fue aquel 25 de mayo. Aproximadamente a las seis de la tarde, comenzó la incertidumbre: Sarabia no aparecía, y los intentos por contactarlo resultaban infructuosos. La angustia creció con las horas, convirtiéndose en un doloroso proceso de búsqueda que se extendió por semanas.

No fue sino hasta el 2 de agosto que se hallaron restos óseos en la zona. Dos días después, Medicina Legal confirmó lo que su familia temía: pertenecían a Luis Adriano Sarabia, el parapentista desaparecido. Su fallecimiento fue un golpe devastador para sus seres queridos, pero al menos les permitió poner fin a la incertidumbre.

La tragedia no pasó desapercibida para las autoridades del Meta. Desde la Gobernación emitieron un mensaje de solidaridad con la familia del deportista. “Desde el primer momento dispusimos recursos técnicos, humanos y logísticos, junto a organismos de socorro y voluntarios. Enviamos un mensaje de solidaridad a su familia y amigos, elevando oraciones por su eterno descanso”, expresaron en un comunicado oficial.

El caso de Sarabia recuerda cuán impredecible puede ser la naturaleza, incluso en actividades que para algunos forman parte de su cotidianidad. Para su familia, solo queda el consuelo de haberlo buscado incansablemente y de poder despedirlo con el respeto y amor que merecía. Vea aquí el momento exacto en que una nube se lo "traga" y le hace perder sustentación, para luego caer al vacío y perder la vida.